Gracias al vacío, es posible agarrar el vidrio con seguridad y moverlo libremente, incluso en condiciones exigentes. Se evita el uso de sujetadores mecánicos que podrían dañar aristas. Clave no solo en transporte, sino en montaje —especialmente en grandes acristalamientos— donde precisión y seguridad son críticas.
Pueden operarse por un solo técnico. El chupador distribuye la succión uniformemente, evitando sobrecargas y tensiones. Con funciones de giro o inclinación se ajusta aún más el vidrio a la estructura. Vital en ventanas, puertas balconeras o fachadas, donde cada milímetro cuenta.
Desde vivienda hasta proyectos comerciales (oficinas, centros comerciales, naves), y en talleres de vidrio, fabricantes de ventanas y montadores de escaparates y elementos interiores.
Componentes de alta calidad y ejecución precisa aportan fiabilidad diaria. Los sistemas de vacío aseguran agarre incluso en piezas grandes y formas atípicas, cumpliendo normas de seguridad, para menos estrés, más eficiencia y mejor calidad.
El vidrio es muy sensible: el vacío permite sujeción uniforme y delicada, protegiendo de rayas, roturas y otros daños. Muy valorados por equipos profesionales por su rapidez y reducción de mermas.
Menos tiempo de montaje = más proyectos en menos tiempo. Menos errores y daños = ahorro en materiales y servicio. El resultado final es más estético y sólido, ventaja competitiva clara.
Para interior y exterior, en vertical, horizontal y a diferentes ángulos. Con indicadores de presión, alarmas de vacíoy alimentación de emergencia, elevan aún más la seguridad.
Incrementan la calidad del servicio, el ritmo y la reputación del instalador.